Espacio virtual diseñado para la práctica de habilidades comunicativas en estudiantes de grado séptimo del Colegio Distrital Enrrique Olaya Herrera.
domingo, 27 de julio de 2014
PALABRAS HOMÓFONAS
Son palabras que se pronuncian de la misma manera aunque su ortografía y significado son diferentes.
Homófonas sobre la B y la V
Valla: estaca, vallado, obstáculo.
Baya: fruto de ciertas plantas
Vaya: del verbo ir.
Ejemplos:
- La baya es un fruto carnoso.
-El huerto está cercado con una valla.
-Vaya tranquilo.
Bello: hermoso
Vello: pelo suave del cuerpo humano, pelusilla de algunos frutos o plantas.
Ejemplos:
-Esta flor tiene un bello color.
-A este muchacho le creció vello en los brazos.
Bienes: hacienda, capital, riqueza.
Vienes: del verbo venir.
Ejemplos:
-¿Vienes o te quedas?
-Julio heredó los bienes de su padre.
Cabe: de caber, poder contenerse una cosa en otra.
Cave: de cavar, levantar y mover la tierra.
Cabo: extremo, lengua de tierra que se interna en el mar, rango militar.
Cavo: del verbo cavar.
Ejemplo:
-Este cuaderno no me cabe en la maleta.
-Ayer cave un hoyo profundo en el jardín.
-El sargento llamó al cabo y a varios soldados.
-Cavo una zanja para poder regar el jardín.
Combino: del verbo combinar.
Convino: del verbo convenir.
Ejemplo:
-Mi padre convino en vender su finca.
-Yo combino estos ingredientes para obtener mejor sabor.
Grabar: esculpir, fijar en el ánimo una idea, sentimiento, etc.
Gravar: cargar, imponer tributos o gravámenes.
Ejemplo:
-No pude grabar la lección en mi memoria.
-Este impuesto va a gravar sobre todo a los ricos.
Hierba: planta pequeña, pasto
Hierva: del verbo hervir.
Ejemplo:
-Esta hierba está buena para el ganado.
-Si quieres que el agua hierva, aumenta el fuego.
Rebelar: sublevar
Revelar: manifestar un secreto, descubrir.
Ejemplo:
-El prisionero se niega a revelar secretos militares.
-Ese niño se va a rebelar contra la autoridad de sus padres.
Tubo: pieza hueca, comúnmente cilíndrica.
Tuvo: del verbo tener.
-Alfonso rompió el tubo de ensayo.
-No pudo ir a la fiesta porque tuvo mucho trabajo.
Homófonas con h y sin h.
Aprehender: asir, prender.
Aprender: adquirir conocimientos.
Azahar: flor blanca.
Azar: casualidad.
Ejemplo:
-El padrino regaló a la novia un ramo de azahar.
-El policía no logró aprehender al delincuente.
-El muchacho no aprende la lección.
-Me lo encontré por azar.
Había: del verbo haber.
Avía: de aviar, aprestar, preparar.
Habría: del verbo haber.
Abría: del verbo abrir.
Ejemplo:
-Si me lo hubiera comprado, habría leído el libro.
-A las doce aún no me había llegado el correo.
-Antes de la excursión, Carmen avía lo necesario.
-El estudiante abría la puerta todos los días para que sus compañeros ingresaran.
Ha: del verbo haber Ahí: adverbio de lugar
A: preposición. ¡ay!: interjección dolor
¡Ah!: interjección Hay: del verbo haber.
Ejemplo:
¡Ah! ¡Qué sorpresa más grande!
Pronto saldré a dar un paseo.
Esta semana no hay clase.
El profesor no ha entrado aún.
Se me perdió el anillo ahí en ese lugar
¡Ay! me pinché el dedo.
Hasta: preposición Haya: del verbo haber, árbol
Asta: cuerno, mástil. Aya: cuidadora de niños.
Ejemplo:
El hayuco es el fruto de la haya.
Trabajamos hasta las 6:00 p.m
El asta de la bandera está colocada en el balcón.
El aya se llevó los niños al parque.
Hatajo: pequeño hato de ganado Hecho: de hacer, sucesos.
Atajo: camino más recto. Echo: de echar
Ejemplo:
He hecho todo lo posible para lograr mis metas.
Por el atajo llegamos más rápido.
El pastor llevaba su hatajo hasta el redil.
Yo echo la basura en la caneca.
Honda: profunda Hice: de hacer
Onda: ondulación, ola Ice: de izar, hacer subir a lo largo de un palo.
Ejemplos:
-Hice lo posible por llegar temprano.
-La viuda tiene una honda pena.
-El sargento ordenó al soldado que ice la bandera.
- La emisora está transmitiendo en onda corta.
Hacia: preposición. Hierro: metal.
Asia: parte del mundo. Yerro: error
Ejemplo:
-Los ciclistas salieron hacia el norte del departamento.
-Muchos diplomáticos de países de Asia votaron a favor.
-Encontraron nuevas minas de hierro.
-El yerro que cometió le impidió pasar el examen.
Hora: parte del día, 60 minutos. ¡Hola!: interjección. Se usa para saludar o indicar sorpresa.
Ora: de orar. Ola: movimiento del mar.
Ejemplos:
-El telegrama llegó una hora después de mi salida.
-Una gran olas nos mojó toda la ropa.
-¡Hola! ¿Cómo te ha ido?
-Mi padre ora cuando se levanta y cuando se acuesta.
Huso: utensilio para hilar. Deshecho: de deshacer
Uso: del verbo usar, costumbre. Desecho: de desechar, desperdicio.
Ejemplo:
Yo uso todos los días el uniforme.
La fábrica saca muchos desechos a la calle.
Quedé deshecho después de las tres horas de juego.
Antiguamente las abuelas hilaban lana con el huso.
HOMÓFONAS DE LA C Y LA S
Cause: del verbo causar Brasero: pieza metálica con lumbre.
Cauce: acequia, arroyo Bracero: jornalero.
Ejemplo:
-El bracero trabajo en los Ferrocarriles Nacionales.
-El campesino abrió un cauce para regar su huerta.
-El brasero ha sido sustituido por la calefacción.
-Espero que la tormenta no cause daños graves.
Cesión: acto de ceder. Renuncia de una posesión. Cerrar: clausurar
Sesión: junta, reunión. Serrar: cortar con sierra.
-Usé la sierra pequeña para serrar esa madera.
-El Congreso se halla en sesión plenaria.
-Debemos cerrar el almacén a las 6:00 p.m
-Mi amigo hizo cesión de sus bienes ante notario.
Hoces: plural de hoz. (instrumento para segar) Meces: del verbo mecer.(mover)
Oses: del verbo osar(atreverse a algo) Meses: plural de mes.
-Espero que no oses atravesar por este lugar.
-Los documentos llegaron con dos meses de retraso.
-Aquí aún se siega el trigo con hoces.
-¿Por qué meces tanto al bebé?
Peces: plural de pez Reces: del verbo rezar, orar.
Peses: del verbo pesar. Reses: cabezas de ganado.
-En esta finca hay muchas reses.
-Sólo pude pescar una docena de peces.
-Tu madre te pide que reces el rosario diariamente.
-Es preciso que peses el fríjol en la báscula.
Consejo: opinión que se da o se toma; reunión.
Concejo: Ayuntamiento. (reunión de un grupo de personas.Reunión integrada por alcalde y concejales.)
Reciente: acabado de hacer o suceder, fresco, nuevo.
Resiente: de resentirse (sentir el efecto de un mal.) ; mostrar pesar o enojo.
-Su conducta militar fue juzgada en consejo se guerra.
-El concejo deliberaba los asuntos municipales.
-El futbolista se resintió el tobillo en el último partido.
-He aquí la obra más reciente de este autor.
Ver video: Palabras homófonas con C, S y Z. (Youtube).
Habría: del verbo haber.
Abría: del verbo abrir.
Ejemplo:
-Si me lo hubiera comprado, habría leído el libro.
-A las doce aún no me había llegado el correo.
-Antes de la excursión, Carmen avía lo necesario.
-El estudiante abría la puerta todos los días para que sus compañeros ingresaran.
Ha: del verbo haber Ahí: adverbio de lugar
A: preposición. ¡ay!: interjección dolor
¡Ah!: interjección Hay: del verbo haber.
Ejemplo:
¡Ah! ¡Qué sorpresa más grande!
Pronto saldré a dar un paseo.
Esta semana no hay clase.
El profesor no ha entrado aún.
Se me perdió el anillo ahí en ese lugar
¡Ay! me pinché el dedo.
Hasta: preposición Haya: del verbo haber, árbol
Asta: cuerno, mástil. Aya: cuidadora de niños.
Ejemplo:
El hayuco es el fruto de la haya.
Trabajamos hasta las 6:00 p.m
El asta de la bandera está colocada en el balcón.
El aya se llevó los niños al parque.
Hatajo: pequeño hato de ganado Hecho: de hacer, sucesos.
Atajo: camino más recto. Echo: de echar
Ejemplo:
He hecho todo lo posible para lograr mis metas.
Por el atajo llegamos más rápido.
El pastor llevaba su hatajo hasta el redil.
Yo echo la basura en la caneca.
Honda: profunda Hice: de hacer
Onda: ondulación, ola Ice: de izar, hacer subir a lo largo de un palo.
Ejemplos:
-Hice lo posible por llegar temprano.
-La viuda tiene una honda pena.
-El sargento ordenó al soldado que ice la bandera.
- La emisora está transmitiendo en onda corta.
Hacia: preposición. Hierro: metal.
Asia: parte del mundo. Yerro: error
Ejemplo:
-Los ciclistas salieron hacia el norte del departamento.
-Muchos diplomáticos de países de Asia votaron a favor.
-Encontraron nuevas minas de hierro.
-El yerro que cometió le impidió pasar el examen.
Hora: parte del día, 60 minutos. ¡Hola!: interjección. Se usa para saludar o indicar sorpresa.
Ora: de orar. Ola: movimiento del mar.
Ejemplos:
-El telegrama llegó una hora después de mi salida.
-Una gran olas nos mojó toda la ropa.
-¡Hola! ¿Cómo te ha ido?
-Mi padre ora cuando se levanta y cuando se acuesta.
Huso: utensilio para hilar. Deshecho: de deshacer
Uso: del verbo usar, costumbre. Desecho: de desechar, desperdicio.
Ejemplo:
Yo uso todos los días el uniforme.
La fábrica saca muchos desechos a la calle.
Quedé deshecho después de las tres horas de juego.
Antiguamente las abuelas hilaban lana con el huso.
HOMÓFONAS DE LA C Y LA S
Cause: del verbo causar Brasero: pieza metálica con lumbre.
Cauce: acequia, arroyo Bracero: jornalero.
Ejemplo:
-El bracero trabajo en los Ferrocarriles Nacionales.
-El campesino abrió un cauce para regar su huerta.
-El brasero ha sido sustituido por la calefacción.
-Espero que la tormenta no cause daños graves.
Cesión: acto de ceder. Renuncia de una posesión. Cerrar: clausurar
Sesión: junta, reunión. Serrar: cortar con sierra.
-Usé la sierra pequeña para serrar esa madera.
-El Congreso se halla en sesión plenaria.
-Debemos cerrar el almacén a las 6:00 p.m
-Mi amigo hizo cesión de sus bienes ante notario.
Hoces: plural de hoz. (instrumento para segar) Meces: del verbo mecer.(mover)
Oses: del verbo osar(atreverse a algo) Meses: plural de mes.
-Espero que no oses atravesar por este lugar.
-Los documentos llegaron con dos meses de retraso.
-Aquí aún se siega el trigo con hoces.
-¿Por qué meces tanto al bebé?
Peces: plural de pez Reces: del verbo rezar, orar.
Peses: del verbo pesar. Reses: cabezas de ganado.
-En esta finca hay muchas reses.
-Sólo pude pescar una docena de peces.
-Tu madre te pide que reces el rosario diariamente.
-Es preciso que peses el fríjol en la báscula.
Consejo: opinión que se da o se toma; reunión.
Concejo: Ayuntamiento. (reunión de un grupo de personas.Reunión integrada por alcalde y concejales.)
Reciente: acabado de hacer o suceder, fresco, nuevo.
Resiente: de resentirse (sentir el efecto de un mal.) ; mostrar pesar o enojo.
-Su conducta militar fue juzgada en consejo se guerra.
-El concejo deliberaba los asuntos municipales.
-El futbolista se resintió el tobillo en el último partido.
-He aquí la obra más reciente de este autor.
Ver video: Palabras homófonas con C, S y Z. (Youtube).
sábado, 26 de julio de 2014
TILDE DIACRÍTICA
Las palabras monosílabas no llevan tilde en español, solo las que aparecen a continuación y los pronombres exclamativos e interrogativos.
En las siguientes parejas de palabras una tiene tilde y la otra no y tienen distinto significado.
- Agradece cuando ella te dé el dinero.
|
|||
Artículo definido singular masculino:
El gato se bebió toda la leche.
Este es el año más productivo en la empresa.
|
|||
La tilde diacrítica en los interrogativos y exclamativos o cuando se enfatiza: quién cuándo, cómo, qué cuánto, cuál, cuán, dónde y adonde. Llevan tilde para diferenciarlos de los pronombres relativos y conjunciones que, quien, como, cual, cuando, cuanto, cuan, donde y adonde:
¿Cuándo vienes? -Cuando llegues cierra bien la puerta.
¿Qué estudias? - Dile que venga temprano.
¿Cómo llegaste? -No sé como será el futuro.
¿Dónde estabas? - Donde quiera que vaya.
domingo, 20 de julio de 2014
CUENTO DE HADAS
CENICIENTA
La esposa de un rico hombre cayó enferma, y sintiendo
que ya estaba en sus últimos días, llamó a su única hija a su lado y le dijo:
-"Mi querida hija, se siempre buena y piadosa, y
así el buen Dios te protegerá todos los días, y yo también velaré por ti desde
el cielo y estaré cerca de ti."-
Momentos después la buena señora cerró sus ojos y
partió al reino de Dios. Todos los días la joven visitaba la tumba de su madre,
y lloraba, y se comportaba buena y piadosa. Cuando llegó el invierno, una gran
capa de nieve se formó sobre la tumba, y cuando el sol del verano la derritió,
su padre tomó a otra mujer por esposa.
La nueva mujer llegó a la casa con dos hijas, las
cuales eran guapas y de lindas caras, pero viles y de negro corazón. Allí
empezaron los malos tiempos para la pobre hija del señor.
-"¿Pero se va a sentar esa estúpida gansa con
nosotras en la sala?"- decían ellas, -"Si alguien quiere comer pan,
que se lo gane. Que se vaya para la cocina."-
Ellas le quitaron los lindos vestidos que tenía, le
pusieron un viejo delantal gris, y le dieron unos zapatos de madera.
-"¡Sólo mira a la orgullosa princesa, qué
compuesta que está!"- gritaban y reían, y la llevaron a la cocina.
Allí ella tenía que hacer trabajos duros desde la
mañana hasta la noche, levantarse antes del amanecer, traer el agua, encender
los fuegos, limpiar, cocinar y lavar. Además de todo eso, las dos hermanas le
hacían las mayores groserías que podían imaginarse - la imitaban burlonamente,
le vaciaban los guisantes y las lentejas dentro de las cenizas para que tuviera
que recogerlas una a una de nuevo -, y así muchas otras cosas más. Al
anochecer, después de todo el trabajo que la dejaba rendida de cansancio, no
tenía cama a donde ir a dormir, por lo que se acostaba entre las cenizas junto
al fuego. Su padre, casi siempre ausente de la casa por su trabajo, no percibía
lo que pasaba. Y como la joven siempre andaba sucia y tiznada por la ceniza,
ellas le pusieron el sobrenombre de "Cenicienta".
Sucedió que un día, en uno de los viajes que el padre
acostumbraba hacer, le preguntó a las hijastras si querían que les trajera algo
al regreso.
-"Bellos vestidos."- dijo una.
-"Perlas y joyas."- dijo la otra.
-"¿Y tú, que deseas para ti?"- le preguntó
el padre a Cenicienta.
-"Padre, corta para mí, la primer rama que
te golpee el sombrero cuando vengas de regreso."-
Así pues, él compró bellos vestidos, perlas y joyas
para las dos hijastras, y cuando venía para su casa, pasando por un tupido
bosque, una rama de avellano pegó en su sombrero y se lo botó. Entonces cortó
la rama y la cargo con él.
Al llegar a casa, dio a las hijastras lo que le
pidieron, y a Cenicienta la rama del avellano. Cenicienta se lo agradeció, fue
a la tumba de su madre y plantó la rama allí, y lloró tanto que las lágrimas
cayeron sobre la rama y la humedeció. Y la rama creció, llegando a ser un
frondoso árbol. Tres veces al día, Cenicienta iba y se sentaba bajo él, y
lloraba y rezaba, y un pequeño pajarito blanco venía siempre al árbol, y si
Cenicienta expresaba algún deseo, el pajarito le dejaba caer lo que ella había
deseado.
Sucedió sin embargo, que el rey organizó un festival
que duraría tres días, y al cual invitaba a todas la bellas muchachas del país,
para que su hijo pudiera escoger a una de ellas por esposa.
Cuando las dos hermanastras oyeron que ellas estarían
en la lista, se sintieron muy complacidas, y llamaron a Cenicienta diciéndole:
-"Péinanos el cabello, cepilla nuestros zapatos y
sujeta nuestras hebillas, porque vamos para el festival en el palacio del
rey."-
Cenicienta obedecía, pero lloraba, porque también le
gustaría poder ir con ellas al baile. Y le rogaba a su madrastra que lo
hiciera.
Pero su madrastra, que no era buena ni cariñosa, como
sí lo son la mayoría de las madrastras, le dijo:
-"¿Ir tú, Cenicienta? ¿Tú, que estás toda sucia y
asquerosa, pretendes ir al festival?, ¡tú que no tienes vestidos ni zapatos
adecuados, y pretendes ir a bailar!"-
Sin embargo tanto insistía Cenicienta en pedirlo, que
al fin dijo la madrastra:
-"He vaciado un plato de lentejas entre las
cenizas para tí. Si en dos horas las has recogido todas, podrás ir con
nosotras."-
La joven Cenicienta corrió hacia la puerta trasera que
da al jardín, y llamó:
-"¡Hola!, ustedes mansas palomitas, ustedes
pequeñas tortolitas, y ustedes pajaritos del cielo, vengan y me ayudan a
recoger lentejas:
" Las buenas al tazón,
las malas al montón." "-
" Las buenas al tazón,
las malas al montón." "-
Entonces dos palomas blancas entraron por la ventana
de la cocina, y detrás las tortolitas, y por último todos los pajaritos que
volaban cerca, y llegaron zumbando y en tropel y se colocaron junto a las
cenizas. Y las palomas movían sus cabezas y comenzó el pic, pic, pic. Y todos
los demás también estaban con el pic, pic, pic, y recogieron todos los granos y
los colocaron en el plato.
Difícilmente había transcurrido una hora cuando ya
habían terminado, y salieron de la cocina. Entonces Cenicienta llevó el plato
donde la madrastra, e iba contenta, pensando que ahora sí que la dejaría ir al
festival. Pero la madrastra dijo:
-"¡Ah no, Cenicienta!, tú no tienes
vestidos y así no puedes bailar. Sólo serías motivo de risas."-
Y como Cenicienta lloró por eso, la madrastra dijo:
-"Si puedes sacar de las cenizas otros dos platos
de lentejas que tienen mezcladas, y me las muestras en menos de una hora,
podrías ir con nosotras."-
Y la madrastra pensó para sí:
-"¡Eso sí que no lo podrá hacer!"
En cuanto la madrastra mezcló los dos platos de
lentejas con la ceniza, la joven corrió de nuevo a la puerta que da al jardín y
gritó:
-"¡Hola!, ustedes mansas palomitas, ustedes
pequeñas tortolitas, y ustedes pajaritos del cielo, vengan y me ayudan a recoger
lentejas:
" Las buenas al tazón,
las malas al montón." "-
" Las buenas al tazón,
las malas al montón." "-
Entonces dos palomas blancas entraron por la ventana
de la cocina, y detrás las tortolitas, y por último todos los pajaritos que
volaban cerca, y llegaron zumbando y en tropel y se colocaron junto a las
cenizas. Y las palomas movían sus cabezas y comenzó el pic, pic, pic Y todos
los demás también estaban con el pic, pic, pic, y recogieron todos los granos y
los colocaron en el plato, y antes de media hora habían terminado y volaron
hacia afuera de nuevo. Entonces la joven llevó los platos a la madrastra, y
toda contenta pensando que ahora sí iría al festival con ellas. Pero la
madrastra dijo:
-"¡Nada de eso te ayudará, no irás con nosotras,
ya que no tienes vestidos para bailar, y nos avergonzaríamos de ti!"-
Y volviola espalda a Cenicienta, y salió presurosa
junto con su dos orgullosas hijas.
Como ya no había nadie más en la casa, Cenicienta fue
a la tumba de su madre bajo el árbol de avellanas, y gritó:
-"Tirita y tiembla, arbolito, te lo pido a tí,
oro y plata tírame a mí."-
oro y plata tírame a mí."-
Entonces un pájaro le tiró un vestido de oro y plata,
con bordados de fina seda. Y ella se colocó el vestido y corrió al festival.
Sus hermanastras y su madrastra no la reconocieron, y creyeron que sería una
princesa extranjera, ya que se veía tan bella con aquel vestido de oro y plata.
Ellas nunca la relacionaron con Cenicienta, y más bien la imaginaban sentada en
la cocina de la casa, toda sucia, recogiendo lentejas de las cenizas.
El príncipe fue a conocerla, la tomó de la mano y
bailó con ella. Él no quiso bailar con ninguna otra joven, y nunca le soltó la
mano, y si alguien venía a invitarla, él decía:
-"Ésta es mi compañera."-
Ella bailó hasta el atardecer, y entonces quiso
regresar a casa. Pero el hijo del rey le dijo:
-"Yo iré contigo y te acompañaré."-, pues
quería saber a que familia pertenecía la bella joven.
Sin embargo ella logró escabullirse de él, y se metió
en un palomar. El hijo del rey esperó a que llegara un leñador que había
llamado, y entonces le contó que la extraña joven había saltado hacia el
palomar. El viejo hombre pensó:
-"¿Quién podrá ser?"
Y mandó a que le trajeran un hacha y un pico, y él
tiró en pedazos el palomar, pero no encontraron a nadie adentro. Y cuando todos
llegaron a la casa, Cenicienta yacía en sus sucios vestidos, y una débil
lámpara de aceite alumbraba la habitación, pues Cenicienta había saltado
rápidamente por la parte trasera del palomar y corrió al arbolito de avellanas,
y allí se quitó el vestido de oro y plata y lo colocó sobre la bóveda, y la
paloma se lo llevó de allí. Luego ella se fue a la cocina y se colocó entre las
cenizas con su usual gris vestimenta.
Al día siguiente, cuando el festival comenzó de nuevo,
y su madrastra y hermanas se habían marchado, Cenicienta fue al avellano y
dijo:
-"Tirita y tiembla, arbolito, te lo pido a
ti,
oro y plata tírame a mí."- "-
oro y plata tírame a mí."- "-
Entonces el pájaro le tiró ahora un vestido mucho más
bonito que el del día anterior. Y cuando Cenicienta apareció en el festival con
ese vestido, todo el mundo quedó maravillado de su presentación. El hijo del
rey había esperado hasta que ella llegara, e inmediatamente tomó su mano y
bailó únicamente con ella. Cuando alguien venía a invitarla, él decía:
-"Ésta es mi compañera."-
Cuando llegó el atardecer ella quiso retirarse, y el
hijo del rey la siguió, pues quería ver en que casa se introducía. Pero ella se
escapó rápido de él, y entró a un jardín detrás de una casa. Había allí un
bello y alto árbol del cual colgaban magníficas peras. Ella subió tan ágilmente
las ramas como una ardilla, que el hijo del rey no pudo saber exactamente por
dónde se fue. Y esperó a que llegara otra vez el leñador, y entonces le contó
que creía que la extraña joven había subido al árbol de peras. El viejo hombre
pensó:
-"¿Quién podrá ser?"
Y tomando el pico y el hacha, derribó al árbol, pero
no había nadie allí. Y en casa de Cenicienta, cuando todos llegaron a la
cocina, Cenicienta estaba allí, entre las cenizas, como siempre, ya que ella
había saltado por el lado opuesto del peral, y entregado el bello vestido a la
paloma en el avellano, y puesto sus grises ropas de nuevo.
Al tercer día, cuando todos se habían marchado,
Cenicienta fue otra vez más a la tumba de su madre y dijo al árbol:
-"Tirita y tiembla, arbolito, te lo pido a
ti,
oro y plata tírame a mí."-
oro y plata tírame a mí."-
Y ahora el pájaro le tiró otro vestido aún más
esplendoroso y lujoso que jamás hubiera tenido, y las zapatillas eran de oro. Y
cuando llegó al festival con aquella vestimenta, todo el mundo quedó mudo de la
impresión. El hijo del rey de nuevo sólo bailó con ella, y si alguien llegaba a
invitarla, le decía:
-"Ella es mi compañera."-
Al llegar otra vez el atardecer, Cenicienta quiso
retirarse, y el hijo del rey estaba ansioso de acompañarla, pero ella escapó
tan rápido que no pudo seguirla. Sin embargo, el hijo del rey, había pensado en
una estrategia, y había llenado las escaleras con resina, y cuando ella bajaba
las gradas, la zapatilla izquierda se quedó pegada. El hijo del rey la recogió,
y era pequeña y fina, toda de oro. Al día siguiente fue donde el
rey y le dijo:
-"Ninguna joven, sino solamente aquella a quien
le calce esta zapatilla de oro podrá ser mi esposa."-
Al saberse la noticia, las dos hermanas se
regocijaron, pues tenían un bonito pie. Cuando el hijo del rey, en su
recorrido, llegó a la casa de Cenicienta, la mayor fue a su habitación con la
zapatilla a tratar de colocársela, y su madre estaba con ella. Pero le fue
imposible ajustar el dedo gordo del pie, y la zapatilla era demasiado pequeña
para ella. Entonces su madre trajo un cuchillo y le dijo:
-"Córtate el dedo, que cuando seas la reina, no
necesitarás andar más a pie."-
La muchacha se cortó el dedo, y
forzó el pie dentro de la zapatilla, y soportando el dolor, fue donde el hijo
del rey. Entonces él la montó en su caballo como novia, y salió con ella. Pero
sin embargo, tenían que pasar por la tumba, y allí, en el avellano, estaban las
dos palomas que gritaban:
-"Voltea y vuelve a ver,
hay sangre en el zapato,
muy grande es el pie,
y en casa está aún tu mujer"-
hay sangre en el zapato,
muy grande es el pie,
y en casa está aún tu mujer"-
Entonces el bajó la mirada y vio cómo salía sangre del
zapato. Volteó hacia atrás a su caballo, y llevó a la falsa novia de regreso a
su casa, y dijo que esa no era la verdadera, y que la otra hermana debería
medirse la zapatilla. Entonces ella fue a su habitación y sus dedos calzaban
bien en la zapatilla, pero su talón era demasiado largo. Y su madre de nuevo
tomó el cuchillo y le dijo:
-"Córtate un poco ese talón, pues cuando seas
reina, no necesitarás andar más a pie."-
La hija se cortó un pedazo del talón, soportó el
dolor, y fue a la presencia del hijo del rey. Y la montó en su caballo como su
novia, y se fue con ella. Pero cuando pasaban el avellano, las dos palomas
sentadas en él, gritaron:
-"Voltea y vuelve a ver,
hay sangre en el zapato,
muy grande es el pie,
y en casa está aún tu mujer"-
hay sangre en el zapato,
muy grande es el pie,
y en casa está aún tu mujer"-
Él miró hacia abajo al pie de ella y vio cómo salía
sangre de la zapatilla y cómo le había manchado su media blanca. Entonces giró
a su caballo y llevó a la falsa novia de nuevo a su casa.
-"Ésta no es la correcta"- dijo él,
-"¿No tienes otra hija?"- preguntó al padre.
-"Bueno..."- dijo el hombre, -" hay aún
una pequeña y tímida hija en la cocina, que mi anterior esposa me dejó, pero es
imposible que ella pueda ser la novia."-
El hijo de rey dijo que fueran por ella, pero la mujer
exclamó:
-"¡Oh, no, ella está muy sucia, y no puede
presentarse así!"-
El insistió decididamente, y tuvieron que llamar a
Cenicienta. Ella primero se lavó sus manos y su cara, y entonces se reverenció
ante el hijo del rey, quien le dio la zapatilla de oro. Ella se sentó
serenamente en una banca, sacó su pie del pesado zapato de madera y lo puso en
la zapatilla, que calzó como un guante.
Y cuando ella se levantó y el hijo del rey la miró a
la cara, reconoció a la bella joven que bailó con él y gritó entusiasmado:
-"¡Ésta es la verdadera novia!"-
Y además, Cenicienta sacó la otra zapatilla que
guardaba en su delantal y se lo puso emocionadamente.
La madrastra y las dos hijas quedaron aterrorizadas y
se pusieron pálidas y rabiosas. Él, sin más que hacer, montó a Cenicienta en su
corcel, y salió con ella. Cuando pasaban por el avellano, las dos palomas
cantaron:
-"Voltea y vuelve a ver,
no hay sangre en el zapato,
muy exacto es el pie,
y contigo viaja tu mujer"-
no hay sangre en el zapato,
muy exacto es el pie,
y contigo viaja tu mujer"-
y una vez que dijeron eso, las dos palomas volaron
hacia ellos y se posaron en los hombros de Cenicienta, una a la derecha, otra a
la izquierda, y allí siguieron todo el viaje.
Cuando llegó el día de celebrar la boda del hijo del
rey, las dos hermanastras llegaron y buscaron obtener el favor de Cenicienta y
compartir su buena fortuna. Y cuando la pareja de novios iba hacia la iglesia,
la mayor se colocó al lado derecho y la menor al lado izquierdo de Cenicienta,
pero entonces las palomas empezaron a picotearlas y a ensuciarlas sin descanso.
De ese modo castigaron a las hermanas por su maldad y falsedad, quedando ellas
con las cicatrices por muchos días. Sin embargo, por tener gran
corazón, Cenicienta las perdonó sinceramente y las ayudó a llevar una vida
digna, junto con su padre y su madrastra.
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